Cada vez más, es imprescindible recordar aquellos clásicos, que durante muchos años han sabido adaptarse y evolucionar, que no surgen por las modas o diseñadores de interiores famosos. En esta ocasión, quiero compartir con vosotros el Grupo Ondarreta, que con 50 años de experiencia en la restauración, se ha colocado como uno de los mejores.
El restaurante del que os quiero hablar en esta oportunidad es Ondarreta La Moraleja. Ondarreta la Moraleja está ubicado en la plaza de la Moraleja, lo que permite salir del centro para salirse de la rutina gastronómica. Porque si de lo que se trata es de comer bien, en un local bonito y a buen precio, entonces es visita obligada.
Nada más entrar, lo que te sorprenderá es su decoración. De propuestas clásicas esperas locales old-fashion, con poca luz, colores cobrizos o moquetas. Pese a todo esto, cuando te instalabas allí, te sentías muy cómodo.
El local está dividido en dos plantas, en la de abajo, está la barra.
Y arriba está el comedor, donde predominan los tonos pastel y unas sillas muy cómodas.
Además, tienen dos terrazas espectaculares que hacen las delicias de aquellos que les gusta disfrutar del sol y del aire puro cuando llega el buen tiempo.
En lo que se refiere a la carta, destaca una magnífica propuesta de platos para compartir, como croquetas, jamón o pulpo, pero también tienen cabida algunos platos más elaborados como las flores de calabacín con gambas y puerros ¿supremas! o el micuit de pato con salsa Cumberland ¡muy rico!.
Dentro de los segundos, cabe destacar el tartar de solomillo de ternera, hecho en el momento, en el que sobresale la estupenda materia prima, el delicado corte, la potencia y mezcla de sabores. . Es la especialidad de la casa y está para morirse.
También incluyen otras variedades como el tartar de salmón o el de atún rojo con galletitas.
Adicionalmente, merecen un lugar especial los pescados y carnes de Ondarreta La Moraleja. La merluza rebozada con tinta de chipirones, muy suave y con un rebozado crujiente estaba deliciosa, y el entrecote fileteado en su punto ¡formidable!.
Y de postre, no te puedes marchar sin pedir un clásico como la tarta tatin.
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